¿Te ha pasado que terminas comprando comida de más o que no sabes qué te hace falta en la cocina de tu hogar? Te compartimos una pequeña y práctica guía de compras para que te abastezcas de alimentos que realmente necesitas, pensando en tus necesidades nutricionales y en tu economía. Realizar las compras en el supermercado debe ser una experiencia placentera y de aprendizaje.
Comprar los alimentos es una de las actividades más recurrentes y entretenidas que existe, ya que es una diligencia que puedes disfrutar en compañía o en tu plena individualidad. Sin embargo, muchas veces recorremos los pasillos de los supermercados y tomamos cualquier producto o alimento que nos llame la atención, incluso sin saber, a ciencia cierta, si eso que acabamos de elegir nos hace falta o nos es realmente necesario.
Por ese motivo, es esencial escoger de manera óptima los alimentos que vamos a consumir, porque las compras de la despensa son el punto de partida para una adecuada y balanceada nutrición. En ese sentido, es necesario tener acceso a las opciones de alimentos que nos proporcionen el mejor valor nutricional y que satisfagan nuestras necesidades. A continuación, te presentamos una guía práctica y sencilla que podrás aplicar para tomar mejores decisiones al momento de hacer compras. Presta mucha atención:
Hacer una lista: Sabemos que nuestra mente muchas veces es frágil y por eso es recomendable que anotemos en un papel todas las cosas que nos hagan falta en casa. Echa un vistazo a cada parte de la cocina, incluso de tu casa en general, y anota lo que necesites.
Ve a lo concreto: Ya que sabes y conoces lo que necesitas ve directo, y de forma ordenada, a las perchas en las que sabes que encontrarás los productos o alimentos de tu necesidad e interés, así optimizarás el tiempo.
No vayas con el estómago vacío: Esto puede provocar que te inclines por alimentos que realmente no necesitas y son poco saludables.
Revisa las etiquetas: Es importante que te informes acerca de los componentes nutricionales de cada producto que eliges.
Reduce la compra de alimentos en caja, enlatados o congelados: Por lo general, estos productos contienen altas cantidades de sal, azúcar, conservantes y aditivos.
Alimentos frescos y saludables: Procura tener variedad tanto en colores, como en texturas. Los alimentos que no pueden faltar son:
● Verduras y frutas, ya que son altas en fibra. Las puedes comprar en tres estados; maduras para consumir en los primeros dos días, en su punto medio para consumirlas a mitad de semana y las casi verdes para final de la semana.
● Proteínas de origen animal como pollo, cortes magros de carne, pescado, cerdo, huevos, atún, jamón, entre otros. O de origen vegetal como el fréjol, nueces, semillas.
● Cereales como el arroz integral, cebada, trigo, quinua o avena.
● Y los infaltables productos lácteos como la leche, queso, yogur, mantequilla, entre otros.
Te recomendamos hacer compras de manera semanal, para que de esta manera perduren y consumas los alimentos frescos y no los desperdicies. Además, es preferible que compres frutas, vegetales y legumbres en el mercado más cercano a tu hogar, ya que así apoyamos a los productores locales e incentivamos la economía de estos pequeños lugares. Recuerda que no debes ser demasiado estricto con tu dieta, pues es importante que disfrutes de lo que comes y lo hagas en las porciones adecuadas.
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