La adecuada nutrición durante el embarazo garantizará salud, bienestar materno y el buen desarrollo del feto. De la ingesta correcta de nutrientes depende, incluso, su salud durante la vida adulta y la probabilidad de sufrir o no algunas dolencias crónicas.
Una dieta saludable es clave durante el periodo preconcepcional, para así gozar de un embarazo y lactancia saludables tanto para la madre como para el bebé. La buena alimentación antes, durante y después del embarazo es un factor esencial para el buen estado de salud de las madres y sus hijos.
Durante la gestación, las necesidades nutricionales aumentan y la dieta debe proporcionar suficiente energía y nutrientes, principalmente vitamina D, calcio, ácido fólico y hierro para el desarrollo de diversos tejidos maternos (útero, placenta, pecho), satisfacer las necesidades del crecimiento del feto y así permitir a la madre acumular las reservas necesarias para la lactancia, posterior al parto.
Es importante tener en cuenta que la composición de una buena dieta materna durante la etapa de gestación debe incluir lácteos. Específicamente la proteína de la leche aporta todos los aminoácidos esenciales como componentes fundamentales para el crecimiento muscular y puede disminuir la descalcificación de la madre. La leche y los lácteos en general tienen un alto componente de calcio, necesario para el correcto desarrollo de los huesos del feto y de la madre, y el buen funcionamiento de la masa muscular.
En la segunda mitad del embarazo, el feto aumenta la demanda de nutrientes y las reservas que acumuló la madre durante los primeros meses van a satisfacer esas necesidades, entre estas se encuentran el calcio, ácido fólico, fósforo y vitamina D, fundamentales para desarrollar el esqueleto y para la mineralización ósea del bebé.
Según estudios de la Universidad Estatal de Oregón, el aporte de zinc de los productos lácteos cubre en un 30 a 33 % de las recomendaciones nutricionales, este oligoelemento permite que la madre mantenga fuerte su sistema inmunológico; además, equilibra las hormonas para una adecuada evolución del embarazo y evita infecciones intrauterinas, mientras que para el bebé estimula el desarrollo celular, esencial para su crecimiento.
La proteína láctea se caracteriza por su alta calidad biológica, y eso la convierte en fuente de aminoácidos esenciales, necesarios para la síntesis proteica, indispensable para la creación de nuevos tejidos, músculos, desarrollo cerebral y sistema endócrino del bebé y el desarrollo de tejidos maternos y producción de sangre de la madre.
La gestación es una etapa en la que la nutrición influye directamente en la salud de la madre y del bebé, el organismo de la gestante va a usar todas las propiedades adquiridas a través de los lácteos consumidos para la formación del bebé que crece dentro de su útero y la placenta, el órgano que se crea para que la gestación pueda seguir adelante, pero también van a fabricar los tejidos que permitirán el crecimiento de las mamas, el útero, y la producción de leche materna; por esto, los especialistas recomiendan que las madres gestantes consuman de 3 a 4 raciones diarias de estos alimentos.
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